Ejercitación
sobre la comprensión del siguiente texto:
“Actos, actores y artefactos”. Sociología de la tecnología, de
Hernán Thomas y Alfonso Buch (con la colaboración de Mariano Fressoli y Alberto
Lalouf). Editado por la Universidad Nacional de Quilmes (2013).
Introducción. Un humanoide primitivo recoge una gruesa
rama del suelo. Juega con ella entre sus manos torpes y sucias. Luego de largos
minutos decide llevarla consigo. Se cruza con otro humanoide, extraño, ajeno a
su grupo. Sin dudar, de una sola vez, aporrea a su adversario, abriéndole un
claro surco de sangre en el cuero cabelludo. Un acto simple que lo convierte,
al mismo tiempo, en sujeto de poder y en generador o creador de un “artefacto” (un
arma). La existencia de hombres y mujeres sobre la tierra es impensable sin
tecnologías.
Todo lo que
se vincula a su existencia y a su experiencia, desde la más simple de las
comunicaciones verbales hasta el complejo acto de comprender este texto,
participa de una dimensión estrictamente humana: la tecnológica.
Y no se trata
solamente de los artefactos que
utiliza usted, y de las múltiples redes de las que estos artefactos forman
parte (energía, transportes, logística,
comunicación, etc.), sino también de los conocimientos necesarios para
producir y utilizar esas tecnologías.
Aun de todas
aquellas que usted utiliza sin saber cómo es que sabe operarlas (como es el
caso de las redes sociales). O aquellas que Ud. aprendió a utilizar por el mero
hecho de estar allí.
¿Ya pensó
también en las múltiples, infinitas series de prácticas estereotipadas que usted pone en juego en cada acto de su
vida, desde redactar o jugar con una play-station, hasta operar su teléfono
personal para obtener registros en video y almacenarlos en la web o
compartirlos con sus amigos en tiempo real?
Centenares de
miles de técnicas, tácitas o codificadas, que usted aprendió a desplegar, con mayor o menor
competencia, a lo largo de su vida. Es que, en verdad, no se trata de “sus
tecnologías y usted”, o en un nivel más abstracto, de la relación entre “tecnología y sociedad”.
Usted está tecnológicamente constituido. Usted es
un ser tecnológico, más allá de que esta idea le resulte agradable o no. Porque
las sociedades están tecnológicamente
configuradas, exactamente en el mismo momento y nivel en que las
tecnologías son socialmente construidas y puestas en uso.
Todas las
tecnologías son sociales. Todas las tecnologías son humanas (por más inhumanas
que a veces parezcan). Pero no solo se
trata de considerar a las tecnologías como productos o procesos productivos.
Solo
recientemente hemos percibido que las formas
de organización son también tecnologías; desde aquellas que asignan un
orden a un conjunto de operaciones de producción, de acciones bélicas o de
sistemas de evacuación de un estadio, hasta aquellas que adquieren formatos
normativos, como los sistemas legales o las regulaciones de comercio.
En este nivel organizacional, una
legislación no se diferencia de otros artefactos tecnológicos.